Si aún no tiene cien por ciento claro lo que ocurre en Cajamarca pero está preocupado ante el conflicto desatado a raíz del proyecto Conga y los problemas que afrontan las comunidades altoandinas de esta región ante la perspectiva de perder la poca agua que tienen, aquí una guía para no perderse este importante capítulo de la historia del país:

¿Le falta agua a Cajamarca? Sí, lo dice el Presidente Ollanta Humala: “…Lo otro es que se debe solucionar el estrés hídrico. Hoy Cajamarca consume solo el 10% de su potencial hídrico, el resto se va al Pacífico o al Atlántico”.

Lo ha dicho también Gregorio Santos, presidente de la Región Cajamarca: “En Cajamarca (ya) hay escasez de agua, el canal de Quilish ha perdido su volumen, el canal de la Ramada está cerrado, hay un juicio incluso con Yanacocha por esos temas”

En Cajamarca, como en otras regiones del país, se sufren los efectos del cambio climático: al disminuir el nivel del almacenamiento natural de agua en los glaciares hasta en 22%, se redujeron las posibilidades de abastecimiento de agua de la población. Esto es el llamado estrés hídrico, mayor demanda de agua que la cantidad disponible.

En este contexto, la pregunta es, ¿cómo afectaría a las comunidades cajamarquinas la puesta en marcha del proyecto minero Conga, de la minera Yanacocha?

Lagunas vaciadas

Cuatro lagunas naturales de Cajamarca, con sus respectivos ecosistemas, se verán comprometidas de realizarse el proyecto: Perol, Mala, Azul y Chilca, ubicadas en la provincia de Celendín. Estas cuatro lagunas naturales desaparecerían y serían sustituidas por tres reservorios artificiales.

Según el Estudio de Impacto Ambiental elaborado por Knight Piésold Consultores en marzo de 2010 y publicado en el boletín “Actualidad Ambiental”, de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA), entonces presidida por el actual ministro de Ambiente, Manuel Pulgar Vidal, “dos lagunas (Perol y Mala), serán vaciadas con fines del aprovechamiento mineralógico y las otras dos (Azul y Chica) serían vaciadas y utilizadas como depósitos de desmontes”.

Este estudio fue aprobado por el gobierno de Alan García Pérez en octubre de 2010.

La “medida de mitigación” propuesta por Yanacocha, la compensación por la desaparición de estas cuatro lagunas es trasvasar el agua de las mismas a tres reservorios que serían construidos por la minera.

Pero éste es, a la vez, el punto de quiebre entre las comunidades y Yanacocha. Los pobladores no creen que los reservorios logren reemplazar el papel de las lagunas naturales para todo el ecosistema de su región:

“Se afectará la cabecera de cuenca donde nacen los ríos que van hacia Bambamarca, Cajamarca y Celendín. Las labores de minería destruirán los bofedales y humedales que son zonas de recarga de agua y que serán usados como botaderos y tapados por los desmontes de la mina. La región no lo puede permitir”, afirma Gregorio Santos.

El proyecto Conga se encuentra ubicado en la cabecera de cuenca de 5 ríos afluentes del Sendamal, en Celendín; y también el río Chaullagón, afluente del Chonta (Cajamarca), y el Quengorío, afluente del Llaucano, en Bambamarca. Un aproximado de 60 mil personas serían afectadas.

En resumen, no se trata solo de las lagunas. El agua de éstas alimenta todo el ecosistema de la región y los cajamarquinos no creen que los reservorios cumplan el mismo papel que tienen sus lagunas para la supervivencia de todas las especies que viven en gran parte por las filtraciones naturales de las lagunas.

“Todo está interconectado. No es verdad que solo se trata de trasvasar las lagunas. Los ejecutivos de la minera afirman que habrá nuevas filtraciones de manera natural, pero eso no es posible”, afirma el padre Marco Arana.

Y agrega: “Las lagunas forman parte de todo un ecosistema que se llama Jalca, no es un tema de trasladar las lagunas como si se trataran de recipientes de agua. Por ejemplo, en la laguna El Perol nace el río Jadibamba. ¿Cómo van a realizar las interconexiones de aguas subterráneas?

El informe elaborado por un equipo del Ministerio del Ambiente jefaturado por el ex ministro José de Echave –documento que la gestión de Pulgar Vidal desconoce- coincide con estas afirmaciones:

“…desde una visión ecosistémica e integral se debe reconocer que el referido Proyecto transformará de manera significativa e irreversible la cabecera de cuenca, desapareciendo varios ecosistemas y fragmentando los restantes de tal manera que los procesos, funciones, interacciones y servicios ambientales serán afectados de manera irreversible”.

Desconfianza

Más allá de los impactos ambientales, los cajamarquinos desconfían de Yanacocha. No dan crédito a sus ofrecimientos:

“Yanacocha ya lleva operando 18 años en Cajamarca, no es el primer reservorio que van a construir, han construido el reservorio de San José en Cajamarca. Nos dijeron que habría más agua y ya llevamos 4 meses con restricciones de este servicio…ya los conocemos”, dijo el padre Marco Arana en una entrevista con Jaime De Althaus.

¿Cuál será el próximo paso?

Los cajamarquinos no han cedido en su rechazo al proyecto Conga. O, mejor dicho, en la defensa de sus lagunas. Desde otras regiones se alista una Marcha Nacional por el Agua, en apoyo a Cajamarca.

El gobierno, por su parte, ha anunciado que se hará un nuevo Estudio de Impacto Ambiental (EIA), con participación de peritos extranjeros.

Esto define 2 escenarios:

a) El nuevo EIA reconoce que Conga afectará el ecosistema de la región, la cabecera de cuenca y todos los procesos y funciones ambientales. Por lo tanto, el proyecto sería inviable. Si se reconoce esto, el conflicto social desatado en Cajamarca desaparecerá.

b) El nuevo EIA dirá que los reservorios solucionarán todo el problema, por lo tanto, dará la razón a Yanacocha y se tratará de imponer a Cajamarca la realización de Conga. El conflicto social irá a mayores.

Saldríamos de toda duda en marzo, apenas esté listo el EIA.